Un Nobel para una vida
A la escritora Alice Munro le acaban de conceder el Premio Nobel. Tiene 82 años y publicó su último libro "Querida vida " el año pasado . Sin embargo ya hace tiempo que dice que se quiere jubilar y que no volverá a escribir nunca más . El premio, pues, parece que culmina una obra espectacular .
No era necesario que le concedieran el Nobel para saberlo, para decirlo o para hacerlo evidente . Pero todos sus lectores nos hemos alegrado muchísimo . Porque de buenos escritores hay unos cuantos . Pero de escritores geniales muy pocos .
Alice Munro es una artista . Es decir, una mujer con una obsesión : escribir . A las personas que les pasa eso , que nacen así , podríamos decir que la vida se les configura de otra manera . Porque sean cuales sean los caminos que emprendan, sean cuales sean las tareas que asuman o las obligaciones que contraigan , el ansia de escribir se les meterá por las rendijas del entramado vital . Y escribirán .
Por eso es tan fácil verla - tal como ella cuenta que hacía - escribiendo durante la siesta de sus hijas . E imaginarla aprovechando cualquier otro rato libre que el azar de los horarios pusiera a su disposición. Y entonces celebrarlo de verdad . Celebrarlo escribiendo.
A causa de este anhelo, que ni conoce vacaciones ni la necesidad de hacerlas , ha surgido una obra que huye de grandes tragedias , de grandes catástrofes y de otras estridencias . Una obra que despliega y repasa el complejo mapa de la vida diaria mostrando sutilmente sus fisuras y sus abismos .
Cada cuento de la escritora es un mundo . Y podría ser una novela. Pero ella prefiere esa elegancia, ¡tan difícil ! , de quien sabe desarrollar unos aspectos y apenas mostrar otros. De ello resulta una obra -su mundo - donde lo que es pesa tanto como lo que podría haber sido y donde lo que no se llega a decir tiene tantas o más consecuencias que aquello que sí ha quedado dicho .
Eso es la vida. Es lo que los artistas aspiran a expresar con sus creaciones. Y algunos tienen que recorrer la Tierra para encontrarla. Alice Munro, en cambio , aprovechaba las siestas de sus hijas .
Roser Atmetlla
Escritora y editora de Promoartyou